Todos los días deben y tienen que ser felices para nosotros, al menos debemos luchar por eso, unos de mis días inolvidables fue en Viña del Mar, en Noviembre de 2009, este dia fue realmente especial, conocí a gente super especial, ellos son de toda américa, hice amigos de Perú, Argentina, Chile y México, con ellos fui a la playa, lo que resultó toda una experiencia, el agua del Oceáno Pacífico es super helada , alrededor de unos 10ºC y eso que estabamos en verano, nosotros sólo sumergimos nuestras piernas y fue unas de las mejores sensaciones de mi vida, el rozar de la brisa y absorber toda la energía de tan poderoso oceáno (¡Qué no es tan Pacífico!) hizo que mi vida cambiara, ese mismo día, fuimos a la Quinta Vergara y también fuimos a la casa del grande Pablo Neruda ubicada en Val Paraiso, el Grande Poeta la llamó “La Sebastiana” , era la segunda casa que yo visitaba que fuera propiedad de él, yo ya conocía su casa en Santiago (“La Chascona”), en la casa de Valparaiso él tenia un sillón en donde el se sentaba y el cual llamó a éste “La Nube”, me impactó muchisimo al saber que este era mi nombre, esta casa es mágica, bellisima, toda la casa tiene una vista preciosisima al mar, se ven los barcos que llegan al puerto, durante el camino en el transporte, todos cantabamos canciones que todos nos sabiamos, una de ellas fue: El me mintió de Amanda Miguel, todos teniamos un tono desafinado espectacular, seguimos recorriendo la hermosa ciudad al son de nuestras melodías, pero ya llegaba la parte de la despedida a medida que el sol caía, tuve una mezcla de sentimientos con alegrias y tristezas, entre todos nos anotamos correos y teléfonos, cuando llegó el momento de despedirnos, mis lágrimas comenzaron a salir, porque todos se iban y yo me quedaba con una sóla amiga, a todos los demás los dejaron en el terminal, al dejarlos ahí todos me dieron un abrazo super fuerte, a mi amiga y a mi nos dejaron en el hotel, nos instalamos y luego busqué un teléfono para llamar a mi mamá para decirle lo grandioso que había sido este día y además agradecerle por tan valioso regalo que me dieron, luego mi amiga y yo nos fuimos a recorrer la ciudad de Viña y nos fuimos a cenar a un sitio muy familiar, comimos y seguimos caminando y el frio era tenaz, nos regresamos al hotel y comenzamos a ver todas las fotos que tomamos, hasta quedarme dormida.
Este día cambió mi vida, de verdad que si, nunca lo olvidaré, pronto volveré, soy muy enstusiasta por los viajes, conocer y probar nuevas culturas, me llena muchisimo.
En la foto estamos todos en el reloj de la flores y el reloj marca justo las 5:00 pm.
Gracias por leerme
De izquierda a derecha soy la chica con lentes y franelita rosada.